La lira rota
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La lira rota

Marcos Arróniz, el apasionado cantor de Herminia, el excelente traductor del Don Juan, de Byron, que acababa de trocar su lira melodiosa por el sable reaccionario de Puebla, y que aprehendido después como conspirador, habla sido encerrado en una prisión, donde, como el Tasso, había comenzado a perder el juicio. Él me pagaba las visitas hechas en su cárcel y asistía a nuestras reuniones melancólico y abatido, pero siempre hablando de poesía, con su sonrisa triste y su palabra fácil y elegante, que vibraba como si quisiese traducir la amarga pena que revelaba en sus ojos profundos. ¡Pobre Marcos! Poco tiempo después, pero en aquellos mismos días, se encontró su cadáver en el camino de Puebla, junto al Agua del Venerable, sin saberse cómo ni por qué estaba allí. Sospechóse un suicidio.

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