Este libro es fruto de un proyecto de investigación sobre los contactos y reciprocidades de la cultura alimentaria entre Europa, América y otras ramificaciones. Para esta edición, los autores escogimos tres raíces de plantas y un rizoma. De las europeas escogimos el nabo, debido a su importancia en momentos clave de la historia de la alimentación, mientras que de las americanas optamos por dos: la yuca o mandioca y el camote o boniato. Ambas tuvieron un brillante pasado americano y una interesante transferencia al mundo. Para completar el panorama hemos echado mano de un rizoma condimentario de origen asiático, el jengibre, que se constituye aquí como el intruso de un relato dominado por las raíces.



La base de la alimentación vegetal en las zonas tropicales la formaron raíces silvestres o cultivadas, debido a su facilidad de explotación y rendimientos. A mayor abundancia, las partes subterráneas de las plantas en dicho territorio prosperan debido a los factores de humedad y calor.



Las raíces alcanzan una popularidad mayor como elemento gastronómico de las ollas de Europa, sobre todo el nabo y el camote o boniato, dando comienzo a un proceso de mestizaje que también contaba con el acompañamiento de legumbres y otras verduras, las cuales podían variar según clases sociales y territorios.



En la América Colonial también se daba la mezcla de raíces introducidas, como el nabo, y las nativas, entre las que destacan la yuca o mandioca y el camonte.



Los imaginarios populares centrados en camote o boniato, en jengibre y nabo, conllevan analogías de tipo sexual, tanto por su forma como por sus supuestos efectos afrodisíacos. Las fiestas y los testimonios literarios de épocas pasadas y actuales nos conducen a esas interpretaciones.



Vista la hermandad entre las tres raíces mencionadas, el jengibre se manifiesta como el intruso de esta historia, ya que es un rizoma (tallo subterráneo con las hojas reducidas a escamas), además de ser una planta aromática por lo que es apreciado como condimento.