En esta obra se hace la semblanza de la labor académica de cada uno de los primeros cinco directores de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional, con todos los avatares que implicó el reto de su organización interna, la selección de su personal y el financiamiento, todo ello en la época inmediata posterior a la revolución armada. Además se hace un documentado recorrido de la labor personal en sus respectivas áreas del saber o del quehacer político de los cinco biografiados.

Se destaca el poder omnímodo antirrevolucionario de la Presidencia de la República, que tenía incluso la facultad de designar a los maestros por asignatura, pero que de alguna manera permitió que algunos de los intelectuales más destacados encauzaran su vigor en beneficio de la educación de los mexicanos, dando la pauta a seguir en la docencia y la investigación de las humanidades.