Fortuna es una entretenida fábula, una suerte de foco radiante de temas y técnicas hacia el siglo XIX y hacia el XX, en el que Arthur Schnitzler empieza a despuntar de cuerpo entero, apunta el escritor Víctor Herrera.
Herrera menciona que quizá no represente la obra más distintiva de Schnitzler, pero a la vez puede conquistar al lector común ya que los temas, tonos y estilos narrativos configuran un auténtico compendio del siglo XIX. Considerado un relato excepcional, en este texto el autor echa mano del romanticismo, el realismo, el naturalismo y agrega un poco de fábulas morales vienesas.
Asimismo, señala que la modernidad de Fortuna radica en su concepción narrativa, y concretamente en el artilugio estilístico, prácticamente inédito, del monólogo interior. Fortuna se aprecia como una fábula entretenida, probablemente autobiográfica para los borrachos compulsivos.