La urbanización neoliberal ha transformado profundamente los patrones de crecimiento y expansión de las ciudades, lo que ha traído consigo geografías altamente desiguales. En este contexto, las ciudades y sus regiones se han convertido en espacios estratégicos de acumulación de las riquezas y también de las pobrezas. Dan cuenta de ello los paisajes diversos, fragmentados, dispersos, segregados y contaminados que se observan en las periferias de las ciudades en todas las regiones del mundo.
En México, las ciudades se expanden a expensas de los territorios rurales adyacentes (muchas veces de origen ejidal), generado dramáticas transformaciones a su paso, como la pérdida de la actividad agrícola a pequeña escala, la diversificación y pauperización de los medios de vida, la alta inmigración, la segregación socio-residencial, el incremento de la especulación de tierras, el acceso diferenciado a infraestructura y servicios, los riesgos de desastres y la degradación ambiental. Todo ello deteriora la calidad de vida de sus habitantes, en particular, de aquellos sectores sociales más vulnerables. Con base en los argumentos planteados, la presente obra indaga algunas problemáticas periurbanas en el contexto mexicano y revela, desde distintos posicionamientos teóricos y metodológicos, las geografías altamente desiguales y heterogéneas que surgen con la expansión urbana.