El arcadismo representó no sólo un culto literario a la antigüedad clásica y un programa para restaurar el "buen gusto" en las letras portuguesas, sino también un estilo y hasta una actitud frente a la vida. El poeta arcádico está en posición de predicar el retorno a la simplicidad, a la existencia modesta en comunión con la naturaleza porque siente que escaló la cima del refinamiento cultural y espiritual que es posible alcanzar en este mundo. Se disfraza entonces de pastor y, al hacerlo, establece la convención sin la cual es imposible entender el juego arcádico. Este libro no es a bien decir un estudio del arcadismo brasileño ni del portugués, sino de los trazos que vinculan a ambos. El lector no encontrará aquí la historia del movimiento arcádico, y sí la presentación crítica de esos trazos, como presupuesto para el conocimiento correcto de la variante local y para una valoración general del arcadismo en Portugal. Jorge Ruedas llama la atención hacia los vínculos que hacen del arcadismo en lengua portuguesa un conjunto orgánico, sin olvidar que a su vez él es parte de un amplio fenómeno de civilización que abarca Italia, España, Francia, Portugal, Brasil y otros países.