Para la gran mayoría de la gente, sobre todo en América Latina, África subsahariana sigue siendo el continente ignoto. Por lo tanto, no es extraño que se afirme que dicha región -con excepción de Sudáfrica- está fuera de la nueva dinámica mundial o, en el mejor de los casos, está integrada sólo de manera superficial, lo que es atribuido a la incapacidad de los africanos para competir en el mercado libre -ignorando así los antecedentes históricos y los criterios políticos que explican las desigualdades en la economía mundial.

Los objetivos de este trabajo son, en primer término, poner en tela de juicio la pretendida ""irrelevancia"" de África subsahariana en los análisis de relaciones internacionales. En segundo lugar, subrayar la complejidad de los procesos específicos que definen la dinámica de la región en el marco de la nueva estructura de poder mundial, expresada en la acentuación de la tendencia histórica de exclusión -inserción del área en el sistema internacional y que tiene como núcleo de discusión la naturaleza del Estado en África. Por último, destacar las contradicciones que surgen cuando se evalúa, a partir de factores externos, la posición de África subsahariana vis-a-vis la emergente estructura de poder mundial y, en el otro extremo, cuando en el análisis se toman en cuenta las condiciones internas. A partir del 11de septiembre de 2001 puede apreciarse una tendencia hacia la revalorización de África, a partir de nuevos criterios geoestratégicos.