En los albores del siglo XXI la pobreza y la desigualdad continúan siendo características definitorias de la sociedad mexicana. Las tareas pendientes para reencontrar el crecimiento económico, generar empleos adecuadamente remunerados y así avanzar por la ruta que, por lo menos inicialmente, mitigue la desigualdad son difíciles y complejas; sobre todo si no se cuenta con la decisión política estatal para actuar en la economía y los mercados.

Ante este panorama, la política social adquiere una relevancia crucial para contribuir a la satisfacción de necesidades básicas de la población y para evitar que los grupos más vulnerables hereden su situación a las generaciones futuras.

Los autores de La política social en México: tendencias y perspectivas, analizan los diversos aspectos de la política social que se ha instrumentado en los últimos veinte años, su orientación general, así como las modificaciones de que ha sido objeto. Realizan, asimismo, una aguda revisión de los principales programas que en materia de desarrollo social ha llevado a cabo el gobierno federal en los últimos tres sexenios y hacen notar, en este trabajo, la insuficiencia de las políticas públicas, que cada vez tienen menor capacidad de influir en el desempeño de la economía y en el bienestar de la población.