Oda a Eiffel
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Oda a Eiffel

En los años setenta, la artista mexicana Carmen Parra vivía en París. A Emiliano, su hijo, le compran una pequeña pecera: un planeta en miniatura que albergaba a un incansable nadador acompañado de una pequeña torre Eiffel. El niño se entretiene, y a la madre se le dispara una obsesión plástica que fructifica en un amplio conjunto de dibujos en pequeño formato, grabados y kakemonos que combinan una particular zoología con la esbelta torre.

El fotógrafo Pablo Ortiz documentó con precisión la intervención urbana que Carmen realizó con sus enormes dibujos: una singular oda a Eiffel en la que recorre algunos sitios de París desplegando sus dibujos para la cámara y finaliza en el Sena, frente a la torre.

En 1977, Salvador Elizondo escribe el poema La Grafostática u Oda a Eiffel para acompañar una fina edición de los grabados de Carmen.

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