Poco después de su instauración como Estado-nación, Estados Unidos de América (EUA) empezó a dar muestras de su vocación expansiva como potencia en ciernes. En tiempos recientes, aún en ese país se ha dado en hablar del inicio de su decadencia y por ende de su imperio. Nada más alejado de la realidad. Es innegable que la importancia económica de EUA ha tenido que reducirse como resultado del crecimiento general de la economía mundial y de la irrupción de naciones emergentes con crecimiento económico acelerado, pero EUA sigue contando con una capacidad instalada y un sistema eficiente de incentivos para la innovación tecnológica que superan a todas las economías del mundo consideradas en su conjunto.