El recurso cervantino de servirse de dos animales para urdir su historia va mucho más allá del ejemplo moral de las fábulas y de los diálogos de Samosata para inscribirse como una obra verdaderamente moderna que prefigura a los caballos de Swift, al gorila, la rata, el perro y los insectos de los cuentos de Kafka así como los bestiarios de Borges y Arreóla. La conversación entre Cipión y Berganza mucho se parece a las que sostienen Don Quijote y Sancho en sus viajes por Castilla y el Toboso en donde el más ingenuo habla libremente de su vida y el más discreto hace las acotaciones, comentarios, correcciones e interpretaciones al margen de la acción principal.
El coloquio está poblado de refranes, circunloquios y aforismos como E! Quijote y El licenciado Vidriera y es una proyección de las opiniones políticas y sociales del propio Cervantes.