El libro habla sobre del papel que juega la tecnología en el sector médico, el ecosistema de la investigación clínica en el país y la importancia de la participación del sector privado en la investigación clínica y el fortalecimiento del sistema de salud. Resalta que México tiene la oportunidad para desarrollar investigación clínica, gracias a que cuenta con instituciones e investigadores con experiencia en la conducción de protocolos en múltiples áreas terapéuticas, así como un perfil epidemiológico diverso y destaca que la investigación clínica no sólo se traduce en mayores inversiones sino en la generación de nuevas alternativas terapéuticas, acceso temprano a terapias innovadoras, mejoras en la salud de las personas, transferencia de conocimiento entre investigadores y creación de empleos. Los autores reconocen la necesidad de invertir en la academia para lograr una mejor calidad de vida en la población.